miércoles, 25 de mayo de 2011

Los países menos avanzados sacan ventaja ante una economía verde

Hoy nos hacemos eco del informe “Razones por las que una Economía Verde es importante para los Países Menos Desarrollados”, elaborado conjuntamente por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Conferencia de Países Menos Desarrollados de las Naciones Unidas.
En él se señala que los países menos avanzados (PMD) están mejor preparados que otros países más desarrollados para una transición a una economía verde debido a la falta de dependencia sobre los combustibles.
Esto es especialmente interesante porque introduce la variable social en la denominada “transformación verde”, es decir, la economía verde puede y debe constituirse como un modelo integrador desde un punto de vista no sólo económico sino también de desarollo local y social y no sólo en territorios desarrollados sino como palanca de crecimiento en aquellos menos desarrollados que pueden sacar provecho de la “ventaja competitiva” que les aporta, precisamente, su propia desventaja económica.
Según este estudio, mientras los países industrializados deben hacer frente a los costes económicos y sociales del proceso de “descarbonización”, los 48 países menos desarrollados ya tienen una baja dependencia del carbono y un uso eficiente de los recursos debido a su dependencia continua de actividades tradicionales, como la agricultura intensiva en mano de obra y el sector forestal a nivel comunitario – dos sectores económicamente sostenibles.
A través del apoyo y de la revitalización de sus actuales actividades ya sostenibles, los PMD pueden aprovechar las oportunidades ofrecidas por la economía verde para el desarrollo económico y humano y cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Históricamente, las políticas han infravalorado la importancia de los sectores tradicionales en estos países, y a los PMD se les ha empujado a contar con un acceso a la energía limitado y a una baja diversificación económica.
El informe constata que las nuevas iniciativas políticas deberían dirigir inversiones hacia sectores sostenibles como la energía renovable, la agricultura, la silvicultura y el turismo para apoyar este potencial de cara a un desarrollo económico verde de los países menos desarrollados.
La propia definición de “economía verde” del PNUMA ya señala que “una economía verde se caracteriza por un sustancial aumento de las inversiones en sectores verdes, apoyadas por reformas políticas que sean instrumentales para esto. Estas inversiones, tanto públicas como privadas, ofrecen un mecanismo para la reingeniería de los negocios, de la infraestructura, de las instituciones y la adopción de procesos de producción y consumo sostenibles” y deben conducir a “la mejora del bienestar humano a largo plazo, sin exponer las generaciones futuras a riesgos ambientales y escasez ecológicas significativa

Para más información, consulta el informe original (en inglés) aquí

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