lunes, 26 de septiembre de 2011

Economía de la funcionalidad, un modelo beneficioso para todos






El paso de la producción a los servicios supone un beneficio para todos: gana la economía, la humanidad y el medio ambiente.

Economía de la Funcionalidad, ¿Qué es?

Entendemos por Economía de la Funcionalidad la “sustitución de la venta de un bien por la venta de su uso”.

En el mundo anglosajón se denomina "functional economy" (Stahel), "product service combinations" (Manzini), "product-to-service" (McDonough), "servicizing" (the Tellus Institute), or "product service systems" (PSSs) (Dutch Ministry of the Environment).

El objetivo es motivar a los fabricantes a modificar el centro de gravedad de sus intereses: si desplazan su balanza financiera hacia el lado de los servicios de uso y mantenimiento, estarán más inclinados a concebir productos duraderos y modulares y, por tanto, a « desmaterializar » su actividad.
De este modo, podrían controlar sus productos a lo largo de su ciclo de vida y reciclarlos al final de su vida útil.
Además, los flujos financieros podrían seguir incrementándose sin que ello implicara un consumo exponencial de materias primas y energía.
Por ejemplo, algo que cada vez está más extendido: el fabricante de fotocopiadoras no vende las máquinas sino su uso. Las empresas usuarias alquilan los aparatos y pagan al fabricante por cada copia realizada y por el servicio de mantenimiento.
Por tanto, el fabricante tiene interés en producir máquinas más robustas y duraderas que puedan ser utilizadas durante mayor periodo y con el menor coste. Se pasa, así, de una industria de bienes perecederos a una de bienes duraderos, de una industria con alto consumo de materias primas a una industria más sostenible..
Según Bruno Rebelle, antiguo responsable de GreenPeace, “en una economía en la que el precio de la energía y de las materias primas aumentan constantemente, este tipo de industria sería la única que se presentaría como ultra competitiva”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario